lunes, 15 de febrero de 2010

LA INDIA: El Ganges


"Santones a la orillla del Ganges en Varanasi.


Cuenta la leyenda que la diosa Ganges quiso bajar a la tierra. Pero en el olimpo de los dioses hidús cundió el pánico. Tanta agua podía destruir el planeta. Después de un cónclave, Shiva ofreció una alternativa. Él pondría la cabeza en las cimas del Himalaya para que el agua transcurriera. Y así Ganges llegó a La India.

Hoy el río Ganges es el santuario más preciado para los hindús. Allí depositan las cenizas de sus muertos, y todos los cuerpos vivos no humanos, porque todos ellos son sagrados. Allí ritualizan la salida y la puesta del sol y con sus aguas mojan su cabeza como símbolo de bendición.

Vanarasi (antigua Banarés) es la ciudad del Ganges. Quién visita Vanarasi cortará el ciclo de las reencanaciones y logrará el Nirvana. Miles de personas acuden cada año a la ciudad para morir. Para ser incineradas en la docena de ghats que cicatrizan el río.

Este es un mundo de ritos, no de dogmas. Sus 33 millones de dioses habitan en un manantial inmundo, receptor de cuerpos de animales, de cenizas, de cuerpos humanos puros (niños, embarazadas, santos). Cada atardeceer, cada amanecer hombres y mujeres se acercan a sus riberas, se bañan, se purifican y vuelven a sus trabajos con los que apenas alcanzan para una comida al día.

Sus dioses están cercanos: Shiva, Visnhu, Krishna... Sus dioses están vivos en sus vidas. No premian ni castigan, dirigen a la iluminación, al matrimonio con lo cercano y lo eterno. Sin dogmas. Sólo el rito y la rutina. Una rutina de bondad y respeto a la vida. A todas las vidas.

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