domingo, 21 de marzo de 2010

SONIDOS DEL SILENCIO

Hoy hay una vista muy hermosa desde la terraza, con multitud de colores, abigarrados, saltando hacia los ojos. Vienen los colores del mar y del cielo, trepan a través de las huertas labradas por los últimos campesinos urbanos, surgen de las ropas de mujeres mientras recogen mimosas desde los campos preñados de rocío.
Es otra forma de disfrutar de la casa: hacia fuera. Ahora, la calle es un tumulto: coches estridentes, máquinas de obras gimiendo hasta la agonía: no importa, nunca ningún ruido ha destruido al silencio. No es difícil, en marzo, ver un cielo tan limpio, apenas una breve franja de neblina en el horizonte y el resto azul. Uno podría bañarse en este cielo marino y volver después listo para la batalla, con el alma aseada y la piel expectante.

(Redeyes)

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