lunes, 4 de enero de 2010

POESÍA, AMOR Y LIBERTAD: HOMENAJE A GRANELL



Para André Breton, el surrealismo era amor, libertad y poesía. Muy pocas personas han sabido encarnar más allá de un proyecto estético esos valores. Eugenio Fernández Granell es uno de ellos. Con los 90 años casi cumplidos, mantuvo hasta la muerte su mirada tierna y apasionada, la inteligencia sensible y culta, y el carácter tolerante, comprimetido también, que ha marcado toda su vida.
Encontré a Eugenio, por primera vez, en su casa
de Madrid en 1998. Lo recuerdo acurrucado en su sillón de orejeras, fumando (me pidió mi caja de puritos de La Paz, aunque tenía prohibido fumar). Extremadamente delgado. Me impresionó su mirada y su capacidad para escuchar. El hombre que nació cerca del mar, bajo la luz de una Coruña liberal y pujante a principios del siglo pasado; el músico virtuoso, el culto crítico y valiente periodista, el gran creador surrealista, me miraba. Y parecía que lo que yo decía era lo más importante del mundo. Escuchaba con la intensidad del niño que nunca dejó de ser, a tumba abierta, todo curiosidad. Eran los ojos de un hombre sin nada que olvidar y sin temor al día siguiente.
De aquella conversación apenas logré algunas pinceladas de su vida: a Granell siempre le interesaron más los demás que él mismo.
He vuelto muchas veces por su casa, museo, biblioteca, taller de artista. Y en las largas conversaciones supe de su infinita paciencia, de su compromiso que le llevó al punto de estar condenado a muerte por no querer, en la Revolución de Asturias de 1934, formar parte de un pelotón de fusilamiento. Y de su capacidad de amar. De amar la vida, la poesía y la libertad.
Y de amar a Amparo Segarra, su compañera desde que se conocieron en un tren de exiliados en la Francia de 1939. Eugenio no se entiende sin Amparo, gran parte de su persona se encarna en esta mujer, artista y musa, soporte y aliento de Granell.
Eugenio era, por encima de todo, un hombre querido. Sin quererlo, creó a su alrededor un grupo de "granelianos", expertos en su obra, voraces lectores de sus novelas y artículos. Mujeres y hombres atrapados por una vida convulsa, cruel y desgarrada. Pero también una vida de poesía, amor y libertad.


(El 25 de octubre de 2001 moría Eugenio Fernández Granell. Pintor, periodista, militante del POUM, exiliado, catedrático en EEUU. Pero, por encima de todo, un extraordinario ser humano. Este es mi humilde homenaje).
(Imagen: Eugenio con Marta y Beatriz, mis hijas)

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