miércoles, 13 de enero de 2010

PERROS COMO HILOS

EDMOND (hijo bastardo de Gloster) en EL REY LEAR, Shakespeare, (Acto I, escena II)

"La estupidez del mundo es tan superlativa que, cuando nos aquejan las desgracias, normalmente producto de nuestros excesos, echamos la culpa al sol, la luna y las estrellas, como si fuésemos canallas por necesidad, tontos por coacción celeste; granujas, ladrones y traidores por influjo planetario; borrachos, embusteros y adúlteros por forzosa sumisión al imperio de los astros, y tuviésemos todos nuestros vicios por divina imposición. Prodigiosa escapatoria del putero, achacando su lujuria a las estrellas. Mi padre se entendió con mi madre bajo la cola del Dragón y la Osa Mayor presidió mi nacimiento, de donde resulta que soy duro y lascivo. ¡Bah¡ Habría salido el mismo si me bastardean mientras luce la estrella más virgen de todo el firmamento.
Dicen que en los últimos segundos de la vida, el moribundo observa, desde la ventana del sótano de su alma, la imagen intemporal, pero completa, de su vida. La muerte es el instante más importante de la vida, con la ventaja decisiva de su carácter irreversible."




Y por qué no?. Todos debían tener su Buñuel, Ford o Fassbinder para dirigir ese instante crucial. Para mí, imagino perros como hilos sobre soberbios caballos raptando hacia la ventana (Redeyes)

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